martes, 6 de noviembre de 2012

ECOSISTEMA AÉREO


Los ecosistemas aéreos están determinados, al igual que cualquier ecosistema, por sus integrantes, la relación entre sus integrantes, y por el medio ambiente que ofrece. Las algas, artemias e insectos que aparecen en el desierto cada vez que llueve llegan a él por medio del viento; la primera colonización vegetal de la tierra fue llevada a cabo por los musgos, utilizando el viento como transporte, en el cual todavía hoy, los musgos y sus descendientes más evolucionados, liberan sus semillas y sus esporas. El musgo libera millones de esporas al viento, pero debe esperar los períodos secos, pues de otro modo las esporas absorberían humedad y no llegarían muy lejos; esto lo hacen protegiendo a las esporas por medio de cápsulas, que abren cuando las condiciones son favorables. Los hongos liberan aún más esporas al viento que los musgos: los de tamaño normal pueden liberar 100 millones de esporas en tan solo una hora. El viento es también utilizado por plantas evolucionadas, como las orquídeas: cada flor libera hasta 3 millones de semillas al viento, pero como deben ser ligeras, no contienen alimento; por eso sólo algunas sobreviven: las que caen sobre ciertos tipos de hongo capaces de alimentarlas.

Otras plantas dotan con alguna porción de alimento a sus semillas voladoras, pero deben proveerlas de algún mecanismo para incrementar su superficie para así hacerlas flotar más tiempo: alas helicoidales por ejemplo, o “pequeños penachos lanosos”. En todos los casos de difusión por el viento solo una o dos semillas entre millones logra germinar y crecer hasta la madurez, pero son tantas las semillas liberadas que de todos modos este sistema ha logrado ser exitoso, llegando a poblar las zonas más alejadas y disímiles del planeta, como en el caso del musgo, de los hongos o de las orquídeas.
El viento arrastra también muchos insectos que a veces logran llegar vivos a destino; y también los arácnidos que parecieran hacerlo voluntariamente, pues subiendo a lo alto de alguna ramita fabrican un hilo que van soltando al viento y que cuando es lo suficientemente largo es capaz de arrastrarlas. Otros muchos insectos no solamente son llevados por los vientos y las brisas sino que vuelan en él, tienen alas; la característica de todos ellos es que no pueden mantener su temperatura corporal, y deben o bien calentar “motores” internamente, aleteando sus alas en el suelo, o bien calentarse al sol para poder volar; por eso varios de ellos, como los abejorros por ejemplo, tienen un cuerpo velludo que los ayuda a mantener el calor, o como las libélulas, que tienen sacos de aire aislantes.

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